lunes, 3 de septiembre de 2012

DOS CARAS DE UNA MONEDA


¿Como volver cuando se ha perdido el rumbo?, ¿por qué resignarse a lo irreversible si se puede amar inmensamente con la misma intensidad con la que el odio destruye todo?. 

Si tus ojos mojados pedían no estar ahí, ¿porque tanto odio? Tal vez en un tiempo creas que ese es tu único destino y hasta te acostumbres a los gritos y a los golpes. 
Por suerte te harás fuerte y hasta tus ojos ya no se mojarán… pero esa mirada que hoy no se resigna y grita clamando por ayuda se enturbiará para no mirar de frente, preferirá volar aunque termine aterrizando en el infierno. 
Cambiarás futuro por anestesia, porque duele y duele mucho hoy. Siempre que duele, la muerte se ríe descarada y el odio es la fragua en la que se cocina la supervivencia. Y si yo pudiera decirte que caminas directo hacia  una trampa, pero aunque te amo en silencio estoy paralizado, porque si te abrazara entonces ¿después que?... 
Si hasta yo ya ni recuerdo tu nombre a pesar de que entre insultos a los gritos tu madre lo repetía. ¡cuanto duele ser nombrado de ese modo! y no la juzgo no soy quien. 
Cuánta hipocresía en los discursos de quienes creen tener la solución y ni siquiera alcanzan a superar el pánico de aquello que consideran ajeno, cuánta impotencia, cuánta injusticia. Pensé en Joaquín mi hijo de tu misma edad, 9 tal vez, recordé al joven al que ayer le volaron la cabeza de un tiro a la salida de un cumpleaños, dicen que fue otro pibe de mirada turbia que no le robó la plata, le robó la vida… y me invadió la desolación. Dos caras de una moneda. 
Volví a pasar más tarde por allí cerca y te vi aferrado al cuello del joven padre que alzándote parecía haberte rescatado del infierno y recé y recé para que todo ese esfuerzo para permanecer en el amor no fuera en vano, me quedé mirando como tu bracito rodeaba ese cuello y le pedí a Dios que fuera cierto aunque sea por un instante y que ese fuera de ese amor que transforma y sana. 
Me alejé mirando hacia atrás envuelto en una cortina de lágrimas, muy triste y confundido. 

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