martes, 26 de agosto de 2014

DESTINO


El tiempo detuvo su paso,
la eternidad impaciente, ya no lo espera
y la oscuridad con su manto
oculta la inmediatez del instante.
Pasado, presente y futuro, ya no son un lugar.
Una canción suplica a la memoria
para que demore la partida 
o al menos, prometa un pronto regreso.
Las palabras se esconden aterradas 
huyendo de los discursos apropiados
el silencio implacable obliga y duele
cuando el vacío devora los últimos vestigios del paisaje.
Más allá, la omnipotencia agoniza, 
clamando la piedad que nunca tuvo
La incertidumbre acepta vacilante su fortuna
confiándose más al camino que a un puerto seguro.
Sin embargo la satisfacción por el amor entregado 
no alcanza para consolar tanta ausencia
y a pesar de la generosa convicción 
con la que estas manos abiertas liberan el vuelo final 
extendidas y vacías quedarán a la espera 
de que la eternidad se pose y bese sus palmas.

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