Vinagre
Vuelvo una vez mas hasta mi sótano
frío, húmedo, rancio y ajeno
lo encuentro más oscuro
mi fuego ya no lo alumbra.
En esta cava de entrañas,
desde hace tiempo, en silencio
la sangre mudaba en uva y alcohol
anhelando transformarse en bebida para el alma.
Tal vez haya sido la certeza del acopio
o la mezquindad para compartirlo
pero lo cierto es que hoy
sólo huele a vinagre.
Por que es que no soy capaz
de alojar en estas profundidades
el misterio de mi propia cruz
y después de mojar mis labios con ese vinagre
entregar confiado mi espíritu.
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